Cuando era adolescente solía pensar que el primer amor era una experiencia maravillosa, que al llegar a tu vida la tornaba rosa, mariposas en tú estomago, ilusiones y sueños, poderes extraordinarios para la deducción del pensamiento del ser amado y una extraña sensación de invencibilidad: Nada malo podía pasarte mientras estuvieras con él o ella…
Sin embargo, conforme la vida me regalo cierta experiencia, entendí que estas maravillosas emociones se iban transformando en monstruos terribles que acosaban nuestros sueños, si algún problema se asomaba a nuestra vida emocional… las mariposas se transformaban en nauseas, la sensación de invencibilidad se convertía en sudoración excesiva, palpitar presuroso, asfixia y sequedad al tragar, la confianza en ti mismo se volvía una bomba de inestabilidad a punto de estallar sobre todo si sospechabas de algún engaño… y luego, al final de la lánguida agonía, llegaba la dulce muerte del desengaño, de la ruptura, de la falta del otro, de la simple falta de todo lo que se soñó y ahora se da por perdido…la dulce verdad de la separación, que en medio del dolor nos hacia libres…
Dios! Qué cosa más horrible, el primer amor es… similar a comer un dulce que se derretirá en tu boca y te dará el más dulce placer que hayas experimentado jamás, bajando por tu garganta lentamente, haciéndote desfallecer de intensidad, estremeciendo cada fibra de tu cuerpo y sacudiendo tu alma en un estallido final de adrenalina desbocada al llegar a tu estomago y, que sin embargo, una vez ingerido te matara!... Con un dolor terrible que quebrantara cada una de tus conexiones neuronales en un apagón total que se extenderá, en el mejor de los casos, al menos por unos cuantos meses!
Pero, por qué se le menciona con nostalgia en la mayoría de los cafés y por qué es un tema de humedece nuestros labios y llena nuestros ojos de ensueño?... Qué es eso que extrañamos tanto de nuestro primer amor, si en la mayoría de los casos es posible compararlo con un ataque demencia temporal suicida?...
Locura, descontrol, la perdida de la racionalidad, el corazón desbocado, el alma yéndose en cada beso, ilusión, caos, agridulce placer pero nunca, nunca paz! todo es intensidad, todo se siente, todo se vive, nada es pequeño o simple, todas las cosas en el mundo están en su lugar; un inexplicable temblor recorriendo tu cuerpo, incontrolable en verdad, al reaccionar a la cercanía del otro, estrecha cercanía, nueva cercanía, vibrante, total y loca!
El cuerpo fundido y entregadas las armas en un abrazo, perdida la batalla, perdida la guerra, rendida la convicción, cedido el juicio, todo, todo por una sonrisa, por una mirada que nos robaba la vida, locura definitivamente locura, divina en verdad! Extraño ser… el humano es…
Esto se extraña, esto se llora, la libertad absoluta que solo el no saber que nos depara tan maravillosa sensación, nos da. La entrega máxima, sin reparos ni medidas, sin cautelas, tácticas o estrategias, pura y clara honestidad que nos regala el vivir en libertad con nosotros mismos, sin pensar que habrá un final… Locura libre, locura hermosa…
Ahora, sobrevivida la muerte y reconstruida la vida, ganados los años y sumadas las victorias y los fracasos; todo se mueve cautelosamente a nuestro alrededor... se mide ahora, se evalúa ahora, se piensa y se juzga ahora, pros y contras, esperanzas versus desilusión… ya casi nada es espontáneo, casi nada nos sorprende robándonos el aliento de un tirón…madurez emocional, si, definitivamente necesaria pero esa locura se extraña y se extrañara siempre…
EXCELENTE PUBLICACION
ResponderBorrarDolió, es cierto. Lastimó, y mucho. Pero fue la primera vez que nos lanzamos al vacío sin red ni paracaídas. No teníamos miedo. Todo iba a ser perfecto, y nunca nos sentimos tan libres como cuando volábamos, aunque fuera en caída libre.
ResponderBorrarLástima que al caer nos rompimos de un costalazo todos los huesos, y especialmente se rompió la inocencia, la ilusión, y otras partes del alma que no se restaurarán jamás.
Hecatarsis, debo confesarte q extraño amargamente esa sensación y temo que nunca más pueda sentirla nuevamente… hay desquebrajos que nunca se reparan, tienes razón!
ResponderBorrarSi, se teme que no se vuelva a sentir nuevamente. Sin embargo hay esperanza. Se trata de cuando lográs amar libremente, sin miedo. Cuando no hay fantasmas, cuando algo, muy adentro te dice que todo va a estar bien.
ResponderBorrarYa han pasado muchos años desde la última vez que lo sentí, a veces puede parecer que jamás volverá y que el corazón se ha secado con los años, sin embargo se que siento y mucho, con fuerza y aplomo y cuando llegue el momento, le volveré a sentir, cuando algo muy dentro me diga que todo estará bien, así como lo dices tú.
ResponderBorrarSi visitás mi blog, vas a ver que a mi actualmente se me está secando de nuevo el corazón, el alma. Pero no pierdo la fe de volver a encontrar algún día un nuevo camino.
ResponderBorrarYa lo había notado, eso me atrajo a seguir tu Blog, me recuerdas a mí y me veo reflejada en tus emociones. Creo que no importa si se nos seca el corazón, mientras no lo dejemos morir. Me alegra que no pierdas la fe en sanar, reír y amar de nuevo.
ResponderBorrar"It can't rain all the time" decía Eric Draven en una película que marcó mi adolescencia. Eventualmente amanecerá. Hasta la noche más oscura no puede ser eterna.
ResponderBorrarUn abrazo, y gracias por conversar un rato!
Gracias a ti, siempre es un placer!!
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