Ha sí, lo recuerdo ahora… Estuviste en mi alcoba anoche, aruñando mis paredes, sacudiendo mi descanso, estuviste musitando frases ininteligibles a mí oído y aun así no lograste molestarme, claro, lo recuerdo ahora.
Querías saber cómo era mi alcoba y aunque entraste, nunca estuviste dentro, querías ver con tus propios ojos lo que ya el alma te susurraba, querías saber lo que ahí existía pero tus ideologías no te permitieron ver y tus moralismos castraron tu tacto, vacío de mi te fuiste al salir, lleno solo con tus prejuicios.
Para saciar las ansias de lo prohibido que hipócritamente destila tu alma, te contare como es mi alcoba, solo para inflamar tus sentidos con todo aquello que me permito gozar, con el arte de las formas y la nobleza de los reflejos que se desvanecen en cada pliegue de mi piel, con los aromas incandescentes que se agolpan en los sentidos y los placeres que solo Eros puede conceder. Con detalle te contare lo que encierra mi alcoba y cuando termine desearas no haber castrado tus sentidos.
Durante el día mi alcoba es grande y ventilada, por sus ventanas entran las dulces caricias del viento y sus blancas cortinas se llenan de paz, todo parece moverse despacio, lleno de luz el lugar esta; en sus grandes paredes los lienzos llorosos inflaman la vista y la mente, intensas imágenes sacuden el alma y despiertan poco a poco los sentidos. El caballete en un rincón delata mis pasiones y los papeles en el suelo delatan mi frustración.
Sobre la mesa de lectura se soporta una vieja lámpara evocando tiempos antiguos, iluminando las travesías de mi agitado corazón al sumergirme en alguna fantasía. En el centro de la habitación, se sostiene mi cama, erguida y fuerte cual eréctil pedestal, sus soportes en cedro aromatizan mi espíritu y sus sabanas blancas recorren mi piel, simulándome caricias de mil atardeceres.
Durante el día mi alcoba es libre, mi alcoba es amplia, aquí todo es pueblo y nada es ansia, recibiendo al amigo con natural alegría, recibiendo al amante con total entereza, durante el día mi alcoba es bohemia, dulce, linda y natural.
Pero al llegar la noche todo cambia, se inflaman los placeres y se despierta el alma, durante la noche mi alcoba apresa, atrapa, sujeta y arranca, rebosante de deseo, rebosante de templanza. Durante la noche la luna vibra, durante la noche la luna mata, y lo que antes era luz ahora es añoranza, reflejos de piel, desnuda el alma, hambrientos los sentidos, exaltada la calma; ahora, a media luz, todo cambia.
Durante la noche mi alcoba es vida, durante la noche mi cama danza, rodeándome suavemente de las sabanas blancas, los pliegues de mi piel se descubren poco a poco y mis pechos se levantan garbosos, el aroma de las flores embriaga el aire y mi pelvis sobresale con salvaje rebeldía, derritiéndome, entre mis piernas siento perder mis fluidos y mi corazón se acelera golpeando mis sienes, el deseo me aturde, nada está claro… yo solo puedo sentir.
Mis redondeadas caderas se contraen y mis piernas se separan poco a poco, mostrando los pasadizos de mi cuerpo ardiente que incansablemente esperan que les vengan a recorrer. Buscando la caricia del rayo de luna, me muevo hacia la ventana y las estrellas parecen atraparme.
Desnudo mi cuerpo, desnuda mi alma, sedienta de amor, evaporada en deseos, rogando por la caricia que extraña mi vientre, rogando por liberarme de mis más íntimos pensamientos. Se contrae mi cuerpo, mis piernas fallan, tirada sobre el suelo pierdo el aliento y se me escapa el alma, una lágrima furtiva recorre mi mejilla y mi húmeda frente remoja mis cabellos. Tendida, pálida, deseosa me quedo…
Durante la noche, mi alcoba es Templo y le pido a la Luna, madre de las pasiones, que recuerde mis plegarias y me venga a saciar.
Pero tú has venido a mi alcoba con los ojos zurcidos y las manos atadas, queriendo sentir pero rodeado de reproche, deseando tocarme pero lleno de condenas. En ti no había espacio para mi placer, en ti mi placer era maldito; egoísta, fracasado y triste amante eres, que mi deseo no pudiste siquiera contemplar.
Te fallaron los reflejos, traicionándote la turbia conciencia que sobre resignadas mujeres has construido; pero mi cuerpo es fértil y anhelante, y en ti no me voy a consolar.
Márchate ahora vacío, sucio y frustrado, sin una sola caricia de mi cuerpo y sin un solo rose de mis labios. Esta es mi alcoba, este es mi reino y aquí el amor es comunista, aquí el placer se comparte para todos por igual!
Excelente, ya solo el título atrapa
ResponderBorrarprofundo agresivo y poético excelente post
Gracias Tommy! Aprecio su comentario!!
ResponderBorrarPareciera que tú poesía es un grito a la cobardía pero en realidad es una bella forma de decir: Estoy viva!!! Me gusta tu alcoba....me la imagino con un cuerpo vibrante de deseo, pero tambien de dar pasión y desenfreno a darse por entero, en un estado comunista....como para decir TODOS SOMOS UNA!!!!
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