miércoles, 16 de octubre de 2013

"A veces prefiero hablar con obreros y albañiles que con esa gente estúpida que se hace llamar gente culta"

En la sencillez de la gente está mi alegría, disfruto de las risas y las lágrimas, del picadillo de papa y un gallo de salchichón, agradezco mil veces lo poco que me dan los que poco tienen, que el filet mignon acompa­ñado de un tinto que le sobra al que de apariencias vive.
Me encanta el fresco y los tamales, el pan casero y el agua dulce, voy a cualquier casa que me inviten y disfruto de lo que me dan por mas sencillo que sea! Y muchos me escucharan y dirán: “Que poca cosa” y yo les diré: “Discúlpenme por haber nacido tan insignificante para ustedes” y me les reiré en el rostro hueco, de carcasa vacía, deformado por las apariencias y el deseo de aceptación!
En la sencillez sincera, dulce, tierna y acaramelada esta la honestidad, está la buena voluntad y la transparencia! O al menos es más sencillo vislumbrarla!
No digo que toda la gente sencilla sea buena, eso sería mentir, pero al menos hay que cuidarse mucho menos que cuando se acompaña uno de gente acomodada que disfruta de humillar a los demás, claro se los digo solo por mi experiencia personal únicamente.

Aquí yo concuerdo con la vieja y nunca olvidada Frida Kahlo y de todo corazón la cito: "A veces prefiero hablar con obreros y albañiles que con esa gente estúpida que se hace llamar gente culta"

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