Vives en la esquina suroeste de mi corazón averiado,
Junto a la casucha verde que alberga a mi primer beso,
Junto a los tulipanes de mis melancolías y a las
calas de mis recuerdos,
Vives saturado de caricias que nacen de mi mente como un sueño,
Y aunque no quieras, vives, atrapado, ahí dentro.
Te posas por las tardes frente al lago de mi gran melancolía,
En el reflejo de las ondas te ves, una vez erguido, en un pasado fiero,
Buscas en tus manos la vida que te arrebataron las palabras mudas,
Pero estas aquí de nuevo, es la esquina suroeste de mi corazón averiado,
Y aunque no quieras, vives, atrapado, ahí dentro.
Quieres huir de mi incesante mirada, pero a donde voltees,
Ahí van mis ojos como dos grandes luceros,
Esa esquina marchita, llena de espinas, de harapos y muertos,
La esquina maldita de mi corazón!
Por qué esta seca ahora tu esquina, antes llena de vida,
De fuego y de tintos, de panes y vinos, de pieles y ardor!
Por qué esta seca ahora tu esquina? Si te la había dado,
La esquina suroeste de mi corazón!
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